Ser padres es posiblemente una de las experiencias vitales que más te puede cambiar la vida.
Ahora muchas personas cuando piensan en la maternidad o paternidad, se la imaginan como si fuese un paso más en el que el nuevo integrante se adapta a tu ritmo de vida, posiblemente esta idea la tenemos muy condicionada a lo que se observa por redes sociales y lo que los demás explican de su experiencia familiar.
Sin embargo la realidad es muy diferente; te adaptas a la nueva persona y aprendes una nueva forma de gestionar tu día a día.
Ser padres es lo más parecido a una montaña rusa en versión velocidad lenta con variaciones por etapas, te llena la vida de experiencias, emociones, recuerdos, aprendizajes, te acerca a otras personas o te aleja de ellas.
Y la frustración de ser madre o padre es una de esas nuevas sensaciones con las que debemos aprender a lidiar, pues estamos a cargo del desarrollo de otro ser humano totalmente dependiente de nosotros para alimentarse y sobrevivir.
El cambio en los ciclos del sueño, las rutinas, el ya no llegar a los tiempos que antiguamente lo conseguías hacer todo ahora es tu nuevo «es lo que puedo».
Cuando son más grandes e independiente; preadolescencia y adolescencia, es un reto para tus nervios y gestión de las mal llamadas emociones negativas (tristeza, asco, miedo e ira) pues tu hijo/ hija ahora tiene unos intereses diferentes, busca su identidad e ir creando su personalidad, pero seamos sinceros no es lo mismo madurar en 1990 a 2024…
Los observas y no los reconoces «yo le cambié pañales y mira, no me quiere ni hablar, parece que me odia», esa etapa pasará, es cuestión de tomar distancia y no dejarte arrastrar por su propia «montaña rusa en velocidad de la luz», algunos jóvenes presentan problemas de la conducta o a nivel psicológico que agrava la situación, pero no debemos dudar en pedir ayuda y buscar profesionales para recibir pautas nosotros como adultos y ellos como adolescentes.
Respira y piensa en tus propósitos en la vida y en tu vida con tu rol de madre o padre, no terminas en ese rol, aprende a buscar alternativas a la frustración que te puede causar ser padre o madre fuera de estarte culpando por todo, «la culpa no soluciona nada, asumir responsabilidades te da alternativas»