Como padres o tutores de un adolescente, podemos optar por verlo como un proceso más en el crecimiento de una persona o en la peor época de la familia.
«La adolescencia es un nuevo nacimiento, ya que con ella nacen rasgos humanos más completos y más altos.-G. Stanley Hall.»
Las 8 claves para convivir con un adolescente y no morir en el intento.
1. El adolescente hace parte de la familia con todas sus variaciones (quiero esto, no lo quiero, ya no me gusta, me interesa hoy, mañana…, mi familia me quiere arruinar la vida con mis amigos, nadie me entiende..), no debe significar un cataclismo en la familia (debe seguir respetando los límites y adquirir más derechos – deberes)
2. No es un niño, pero continúa necesitando del cariño de sus familiares; el amor, la comprensión y el apoyo en la familia es primordial para una buena comunicación y desarrollo global de la persona.
3. Querer ser diferente a los padres, no implica rechazarlos.
4. Es importante mantener vías de comunicación.
5. A través del diálogo y una buena comunicación afectiva, respetando sus necesidades, sus diferencias y sus “crisis de identidad”, conseguiremos reducir futuros dificultades que se pueda encontrar fuera de su familia. Ganará habilidades!
6. No son ni niños ni adultos. Debemos aprender a tratarlos con proporcionalidad.
7. Un adolescente tiene capacidad de decidir e ir abriendo su propio camino. Si trazamos todo su recorrido en nuestro propio «mapa ideal», no aprenderá a ser responsable, ni independiente y le crearemos frustración.
8. Los padres y tutores deben tomar el papel de “puntos de información y asesoramiento “ , no de “guías de viaje “. El futuro es del adolescente, no el de los padres.
Estamos en una época de constantes cambios y de la inmediatez, enseñar a nuestros hijos a tener paciencia, saber crearse pequeñas metas para conseguir un objetivo, ser perseverantes, manejar la frustración, la impulsividad, no son tareas fáciles pero el resultado es muy gratificante para todos.
Por ejemplo, podemos cambiar un ¿Por qué lo haces?, por un ¿Para qué lo haces?